Se podría decir que todos los días son iguales. ¿Y eso como lo sabemos?. Porque damos el privilegio de la verdad a unas circunstancias tan desiguales e inverosímiles. Nos atenemos simplemente a afirmarlo sin tener conciencia de nuestras propias palabras. Y que significado podemos prever del tal cúmulo de letras bien unidas en palabras que conforman el estado anímico de una persona. Un estado que si bien viene al caso puede ser tan dispar como toda una eternidad. Eternidad en la que solo subsistimos momentáneamente. La personas que comunican esto, actúan como los antiguos trovadores recurriendo mediante metáforas a lo que no encuentran palabras para definir.
No obstante, ¿los días no son solo un periodo de tiempo subdividido a su vez en más fragmentos?. Fragmentos bien anexados unos a otros que en su conjunto vital conforman la vida misma.
Que poder puede tener una persona al exponer una situación personal para convencer al oyente de lo que se está exponiendo.
Si retrocedemos en esta cadena fragmentada nos podemos encontrar con Sir Tomás Moro, que fue uno de los decapitados de Enrique VIII, por intrigas palaciegas o por el temor a perder el trono el mismo rey diría yo. Subiendo al cadalso camino a su ejecución le preguntó a su propio verdugo: “¿Puede mi hijo ayudarme a subir? Porque para bajar me las voy a arreglar solo”.
Enrique VIII le tenía prohibido hablar en público ya que temía su poder de convicción y oratoria. Tomás Moro no pudo despedirse de su gente con tono irónico le dijo a su verdugo: “Observar que mi barba ha crecido mucho en la cárcel, pero ella no ha desobedecido al rey; por lo tanto, no hay que cortarla, permítame que la aparte”. Tomás Moro es el Santo patrono de los gobernantes y los políticos en la actualidad.
¿Que nos quiere transmitir con su bien definida comunicación?. No es sin en cambio que todos nos movemos por unos intereses creados donde solo reinan las conveniencias de unos y otros. Sin embargo, todos, sin excepciones, oportunamente tendemos a encontrar un ambiente social y afectuoso, digno y estimulante, para las necesidades propias de las declinaciones naturales.
Todos transmitimos de muchas formas o modos nuestros estados anímicos. Que no son otra cosa que sentimientos. Dependiendo solo de la actitud ante la propia vida que se tenga. Los hay positivos y optimistas que todo lo ven posible y persiguen sueños que parecen imposibles. Como dijo MARTIN LUTHER KING “Si te llaman para barrer las calles, bárrelas con el mismo entusiasmo con que pintó Miguel Ángel o como compuso Beethoven o hizo poesía Shaskespeare. Bárrelas bien para que digan “Aquí hay un gran barrendero que hizo su trabajo con amor”.
También existen los que lo ven todo gris simplemente subsisten pero no aportan ni recogen nada de esta vida, simplemente están. O como diría Marco Aurelio “lo que no es útil para la colmena no es útil para la abeja”.
Para finalizar los pesimistas. Tienen la virtud de compadecerse a ellos mismos y ver solo la oscuridad cuando tienen un grandioso sol resplandeciendo en sus retinas. Ellos dan todo por terminado antes de comenzarlo, pierden la ilusión y la perpectiva de forma soberbia, siempre enjuagando retazos de su propia auto desgracia.
Como describir a una persona tan peculiar que nos atrona los tímpanos con los sonidos producidos de sus cuerdas vocales pronunciando la frase en cuestión. “Todos los días son iguales”. Dependería claro está del contexto en el que se exponga. No es igual utilizar esta frase para contestar la pregunta ¿Cuando puedo conseguir mi sueño? ; en la que su respuesta sería una digna mención de la actitud positiva.
O por el contrario cuando la pregunta se convierte indirectamente en una afirmación propia de nuestra actitud ante el problema que nos acomete en ese instante.
Donde queda lo demás, si el resto. Los sentimientos que cimientan las emociones que hacen suscitar dichas actitudes buenas o malas. No viene todo a parar al fin y al cabo en los mismos. O por el contrario son solo fotogramas de situaciones pasadas….. Como Shakespeare contestó: “Te he dicho cuanto lo aborrezco, pero no cuanto lo quiero” .
No obstante, ¿los días no son solo un periodo de tiempo subdividido a su vez en más fragmentos?. Fragmentos bien anexados unos a otros que en su conjunto vital conforman la vida misma.
Que poder puede tener una persona al exponer una situación personal para convencer al oyente de lo que se está exponiendo.
Si retrocedemos en esta cadena fragmentada nos podemos encontrar con Sir Tomás Moro, que fue uno de los decapitados de Enrique VIII, por intrigas palaciegas o por el temor a perder el trono el mismo rey diría yo. Subiendo al cadalso camino a su ejecución le preguntó a su propio verdugo: “¿Puede mi hijo ayudarme a subir? Porque para bajar me las voy a arreglar solo”.
Enrique VIII le tenía prohibido hablar en público ya que temía su poder de convicción y oratoria. Tomás Moro no pudo despedirse de su gente con tono irónico le dijo a su verdugo: “Observar que mi barba ha crecido mucho en la cárcel, pero ella no ha desobedecido al rey; por lo tanto, no hay que cortarla, permítame que la aparte”. Tomás Moro es el Santo patrono de los gobernantes y los políticos en la actualidad.
¿Que nos quiere transmitir con su bien definida comunicación?. No es sin en cambio que todos nos movemos por unos intereses creados donde solo reinan las conveniencias de unos y otros. Sin embargo, todos, sin excepciones, oportunamente tendemos a encontrar un ambiente social y afectuoso, digno y estimulante, para las necesidades propias de las declinaciones naturales.
Todos transmitimos de muchas formas o modos nuestros estados anímicos. Que no son otra cosa que sentimientos. Dependiendo solo de la actitud ante la propia vida que se tenga. Los hay positivos y optimistas que todo lo ven posible y persiguen sueños que parecen imposibles. Como dijo MARTIN LUTHER KING “Si te llaman para barrer las calles, bárrelas con el mismo entusiasmo con que pintó Miguel Ángel o como compuso Beethoven o hizo poesía Shaskespeare. Bárrelas bien para que digan “Aquí hay un gran barrendero que hizo su trabajo con amor”.
También existen los que lo ven todo gris simplemente subsisten pero no aportan ni recogen nada de esta vida, simplemente están. O como diría Marco Aurelio “lo que no es útil para la colmena no es útil para la abeja”.
Para finalizar los pesimistas. Tienen la virtud de compadecerse a ellos mismos y ver solo la oscuridad cuando tienen un grandioso sol resplandeciendo en sus retinas. Ellos dan todo por terminado antes de comenzarlo, pierden la ilusión y la perpectiva de forma soberbia, siempre enjuagando retazos de su propia auto desgracia.
Como describir a una persona tan peculiar que nos atrona los tímpanos con los sonidos producidos de sus cuerdas vocales pronunciando la frase en cuestión. “Todos los días son iguales”. Dependería claro está del contexto en el que se exponga. No es igual utilizar esta frase para contestar la pregunta ¿Cuando puedo conseguir mi sueño? ; en la que su respuesta sería una digna mención de la actitud positiva.
O por el contrario cuando la pregunta se convierte indirectamente en una afirmación propia de nuestra actitud ante el problema que nos acomete en ese instante.
Donde queda lo demás, si el resto. Los sentimientos que cimientan las emociones que hacen suscitar dichas actitudes buenas o malas. No viene todo a parar al fin y al cabo en los mismos. O por el contrario son solo fotogramas de situaciones pasadas….. Como Shakespeare contestó: “Te he dicho cuanto lo aborrezco, pero no cuanto lo quiero” .
2 comentarios:
¿Ves primor como no es tan difícil? Estaba segura de que te quedaría genial...Además como ya te comenté...Tú tienes muchas cosas que decir, sabios consejos que regalarnos,experiencias que contar, sueños con los que deleitarnos, fortaleza y perseverancia que contagiarnos,sensibilidad que derramar...Ánimo y para adelante...Por cierto, hermosa frase de Platón...Besitos. Deirdre.
Gracias Deidre siempre es un placer tener amigas como tú.
Fragmento de entrevista con
Anthony Hopkins:
" Cuando te das de golpes contra la pared a lo largo de tu vida, te das cuenta de que algo no está bien y lo racionalizas. Cuando envejeces, enfrentas las cosas porque el tiempo se te está yendo. Mi filosofía a estas alturas es que no hay respuestas para nada. Nada tiene sentido. Para qué preocuparte si no hay respuestas en este mundo. Lo más interesante de la vida es cuando vas manejando y de repente ves un cementerio y dices 'gracias a Dios que no estoy ahí, ¿pero que estoy haciendo con mi vida mientras me llega el tiempo?', creo que de eso se trata todo".
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