NOTICIA, NOTICIA, SALIÓ A LA VENTA

Como si se tratara de un regalo de Navidad ha sido puesto en venta el libro de cocina que tanto os he hablado. Me he llevado alguna sopresa que no me ha gustado mucho, pero tampoco pretendo hacerme rica con el libro, como le ocurrió a la autora de Harry Potter.

Mas bien, todos siempre nos han dicho que cada persona debería plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo. El árbol ya lo planté hace años, el libro ya está a la venta y me queda lo del hijo. Que eso solo no depende de mi, sino es asunto de 2 con que es doblemente díficil.

Cuando Isabel, la Directoria Comercial, me avisó vía SMS de que ya estaba a la venta y que fuera a la Papelería Gutiérrez, para verlos, me dije a mi misma por finnnnn!!!, con todos los cambios que han sufrido y a pesar de endosarme a una compañera sin preguntarme ni siquiera si me parecía bien. Incluso que me hayan cambiao del primer lugar, como yo aparezco en la portada que os acompaño, al segundo lugar en el libro impreso y sin saber porque. Bueno, son cosas de la editorial. La señora es mayor, e igual a ella le hace ilusión, o vete tu a saber. No me gusta pero tampoco le voy a dar más importancia. Lo importante no es ser la primera o la segunda, lo realmente importante es simplemente estar.

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Lo importante es que el lector del libro le guste. Dentro del libro cada receta lleva las iniciales de cada autora, así se sabe de quién es la receta o a quién hecharle las culpas si el plato no te sale igual o no te gusta. Al final del libro lleva incorporado un cuardeno de notas para que cada persona vaya incluyendo su propia variante de alguna receta o incluya las propias suyas. Con que da pié a mucha diversidad de gustos y variedades.

En global la estética del libro me gusta, y el tipo de letra también es de mi agrado, por la claridad que expone. Lo importante para mi es que le guste al lector y que las recetas le resulte sencillas de realizar. Con que si lo llegais a comprar ya me direis que os parece.

A pesar de todo, ya está puesto a la venta. Y pasaré a la posteridad y vivirá éste minúsculo manuscrito mucho más que yo. Nosotros no somos propietarios de los libros, sino, al contrario, ellos son nuestros dueños, mientras que permanecen en su estanteria hay una persona que los cuida y los observa que estén bien. Las personas siempre serán sustituidas por otras de nuevas generaciones mientras que los libros permanecerán inhertes en sus estanterías, podrán pasar cientos de años y esa edad les aportará más valor aún, mientras que las personas que los cuidaban ya no existirán.

Cuando alguna persona que esté de generaciones venideras coja un libro y lea el nombre del autor, siempre jugará en su imaginación a ponerle rostros, si no tiene foto como el mío claro; o como sería su vida, que sucesos ocurrierón en el año de la publicación, o como se vestían, que moda se llevaba y que tecnologías tenían, se rozarán las hojas con cuidado para no deteriorarlas, percibiendo a través del tacto la sensación del roce del papel. Preguntandose porque se utilizó ese papel y no otro.

Un libro inspira sueños y conversaciones, provoca reuniones de amigos y de personas, induce ha hablar y seguir intercambiando palabras, expresando opiniones dispares de alto valor creativo. En definitiva un libro es eterno.