martes, 14 de octubre de 2008

LA FERIA SAN LUCAS CUMPLE 125 AÑOS

La feria y fiestas de San Lucas vienen de mucho atrás en el tiempo. Basta con hurgar en la memoria de la ciudad para encontrar muchas referencias. Ya, en la Crónica del Condestable Miguel Lucas de Iranzo, que se escribió en la segunda mitad del siglo XV, se destacan las celebraciones que ordenaba el regidor de Jaén con funciones religiosas en la Iglesia Mayor, procesiones y agradables veladas.


Mucho antes incluso del siglo XV estaban los mercados de ferias concedidos por los monarcas, especialmente dedicados a la ganadería. Porque Jaén, en verdad, tuvo mayor importancia ganadera que agrícola en muchas etapas del pasado. Así, en todo el viejo Reino de Jaén, sobresalen las actividades derivadas de la ganadería. Ximénez Patón, en su ‘Historia de Jaén’, escrita en 1628, resalta que aquí, en Jaén, se criaban los mejores y más hermosos caballos de Andalucía. Y Jimena Jurado, en 1654, recuerda que, en el reinado de San Fernando, había en Jaén grandes corrales para las yeguas y los potros.


Los animales de labor eran concentrados siempre en la feria de San Lucas. Y estas concentraciones promovían los festejos entre los que destacaban las corridas de toros.

Quien es verdad que no siempre tuvieron el mismo esplendor las fiestas sanluqueñas. Durante mucho tiempo fue la feria de agosto la principal manifestación festiva de Jaén. Hasta que, por diversas razones, llegó su decadencia. Es en 1883 cuando la Real Sociedad Económica de Amigos del País redacta un documento para pedir a las autoridades que las fiestas sean trasladadas a octubre por San Lucas. En aquel escrito dice la Sociedad Económica que «Jaén vería acudir una inmensa concurrencia tanto para su mercado y comercio cuanto para sus festejos».




Aquella idea de la Real Sociedad Económica de Amigos del País fue acogida con entusiasmo por la prensa del Jaén de entonces y se creó un clima favorable para el proyecto, en tiempos del alcalde Solá.


Desde finales del siglo XIX hasta los años treinta del siglo XX Jaén ha tenido grandes ferias y fiestas por San Lucas, debido a la presencia de mucho ganado, buenos carteles taurinos y muchos visitantes de toda la provincia y de diversas latitudes de Andalucía.


En el año 1908, según una estadística de la Asociación de Ganaderos del Reino de Jaén, contaba la provincia con 48.934 mulas y en la feria de 1910 se vendieron hasta 9.500 muletas, todas ellas criadas en las dehesas de la provincia de Jaén. Pero la feria ganadera, con la mecanización del campo, fue perdiendo importancia. Es en el año 1947 cuando, según las estadísticas, se registró en Jaén la feria ganadera más importante, haciéndose hasta 1.500 tratos o transacciones. Con los años sesenta del siglo XX se inició la decadencia de la feria de ganado, reduciéndose a la mínima expresión en los últimos tiempos.




En cuanto a las fiestas taurinas tiene Jaén una gran tradición. También en tiempos del Condestable, y en la plaza de Santa María, en el siglo XV, eran ‘corridos’ los toros. Igualmente en la Plaza del Mercado y en otros lugares de la ciudad.




El viejo coso de la Alameda fue inaugurado en agosto de 1847. Derrumbada parte de aquella plaza, después de varias reconstrucciones, se decidió finalmente hacer la actual Plaza de Toros que se abrió en octubre de 1960, en una primera fase, y definitivamente en 1962, por San Lucas, con una capacidad para 11.500 espectadores. Tanto por la vieja como por la nueva plaza han pasado las grandes figuras del toreo con muchos espectáculos realmente extraordinarios que llenaron de júbilo a los jienenses de otras épocas.









Ya no es la feria ganadera de Jaén la principal motivación de las fiestas de San Lucas. El ‘motor de sangre’, que era el de los animales de labor, se ha cambiado por el ‘motor mecánico’ y las ferias se articulan principalmente con maquinaria agrícola y exposiciones de servicios.





Y, en torno a estos aconteceres, resurgen las atracciones que demandan nuestro tiempo. Actividades culturales, deportivas y recreativas llenan los programas. Pero, sobre todo, las feria y fiestas de San Lucas se hacen en las casetas que, de un tiempo a esta parte, se han generalizado para toda clase de colectivos. De las pocas casetas de otros tiempos, la municipal y alguna más, se ha pasado a un gran número, todas ellas acogedoras, exponentes de la alegría festiva con las típicas manifestaciones.


Vicente Oya Rodríguez. Cronista Oficial








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